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22 mayo 2011

ADRIANA HERRERA

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Hace una década, Pablo Cano (La Habana, 1961) hizo en el Museum of Contemporary Art (MOCA), Once Upon an Island, una función de marionetas que narraba la malograda historia de amor entre el Príncipe Miami y la princesa Habana. Desde entonces, Bonnie Clearwater, la directora del museo, se involucró con ese camino propio que Cano había proseguido con su proyecto de graduación del Queens College de Nueva York en 1985. Como escribe en el libro Pablo Cano. Full Circle, “en una época en que el arte conceptual dominaba el mundo del arte, Cano siguió su corazón y su pasión buscando tesoros en la basura y trayendo así a la existencia inolvidables caracteres”.


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